Igual que en la entrada anterior... Cuando hablamos de que las preguntas que hacemos los docentes no tienen que ver con el aprendizaje, lo mismo pasa con el feedback. Está claro que lo damos, pero, ¿cuál es nuestra intención? Reconozcámoslo, casi siempre, que mejoren su comportamiento. Eso está bien, pero, ¿y si proveyéramos regularmente a nuestros alumnos y alumnas un feedback que les empuja a aprender? El autor cita a varios estudios que demuestran el potencial del buen feedback en el aprendizaje (en Venezuela Mria Elawar y Lyn Corno en 1985; Ruth Butler en Israel en 1988). Un error común Casi todos los docentes, al corregir, asignamos una nota y ponemos algún comentario. Dylan Wiliam nos aclara que el efecto de poner notas y comentarios es exactamente el mismo que si sólo pusiéramos notas. Por lo general, los alumnos que tienen notas muy altas no necesitan leer los comentarios, y los estudiantes con peores notas no quieren leer los comentarios. Desde que leí este capítulo