Educación y ciencia
Esta entrada está dedicada a una parte del libro "The Learning Rainforest" que resultó especialmente inspiradora a la hora de iniciar este blog. En ella, el autor defiende la necesidad de utilizar los métodos científicos en la investigación pedagógica, y aporta numerosos ejemplos de cómo se puede realizar esto. La búsqueda de evidencias del éxito (o, siendo pesimistas, del fracaso) es el motor que debe guiar la evaluación de nuestras prácticas docentes.
Volviendo a Nuthall
Esta parte empieza citando a Graham Nuthall en el libro que comentamos en las primeras entradas del blog. Según Nuthall, enseñar es una mezcla de sensibilidad y adaptación. Es ajustarse al aquí y ahora y a las circunstancias particulares de un grupo de estudiantes en concreto. Las cosas que funcionan un día pueden no funcionar al día siguiente. Lo que se hace rápido en un grupo, con otro se hace lento. Como profesor te adaptas. Debes hacerlo.
La cuestión importante es entonces: ¿qué adaptaciones hacer? Puedes adaptarte siguiendo la práctica y error, avanzando ciegamente hacia lo que consideras mejor. Desgraciadamente, por la falta de tiempo muchas veces nos descubrimos haciendo esto. Sin embargo, será mucho mejor si, gracias a la investigación, sabemos previamente qué tipos de adaptaciones se necesitan y por qué. Esto nos permitirá adaptarnos antes de las clases, y no después. La idea de este libro es dotarnos de herramientas que nos ayuden a adaptarnos antes. Y concluye Tom Sherrington: usa la ciencia y lo que se está investigando.
¿Aporta la ciencia algo a la educación?
La ciencia no es fiable porque aporte certezas, es fiable porque nos provee de las mejores respuestas que tenemos en el presente para un problema concreto. Es esta apertura al cambio, este poner el conocimiento del presente en cuestión, lo que garantiza que nos ofrece las mejores soluciones posibles ahora.
El autor señala, citando al propio Nuthall y a Dylan William (del que hemos hablado pinchando aquí), algunas dificultades interesantes. Una de ellas es que los profesores en general no somos buenos describiendo lo que hacemos. Ambos autores explican que en su trayectoria han visto a profesores haciendo cosas totalmente diferentes y sin embargo describiéndolas como iguales. O al revés, profesores que defienden que practican en clase métodos diferentes y sin embargo hacen lo mismo. Quizás nosotros tengamos la misma experiencia: muchos afirmamos que utilizamos el trabajo cooperativo pero seguro que hacemos cosas bien diferentes, algunas incluso contrarias.
Otra dificultad, que me permito añadir yo, es la falta de bibliografía internacional en castellano. Por eso surge esta iniciativa.
Un ejemplo de práctica docente basada en investigación
El autor introduce el trabajo de Mary James y colegas en un artículo que tenéis en su versión original aquí. Se podría traducir como: Aprendiendo cómo aprender y evaluación para el aprendizaje (Assesment for Learning o AfL).
Lo que defienden este grupo de investigadores es, primeramente, que las creencias y las prácticas tienen que desarrollarse juntas. Lo que hago en el aula tiene que formar parte de mi creencia, y entonces puede funcionar. En el libro hay abundante bibliografía que espero poder ir comentando poco a poco en este sentido.
Además, identifican tres elementos clave que según sus investigaciones son los que inciden de forma más directa en la calidad de nuestra práctica docente:
- El clima de clase: incluye la actitud del profesor, las relaciones profesor-alumno y la gestión del comportamiento. Tenemos que diseñar actividades de toda la clase, de grupos e individuales (los tres mundos de Nuthall) bien pensadas y sistematizadas. Hay que buscar relaciones positivas, respeto mutuo y normas claras. Atribuir el éxito académico al esfuerzo más que a la habilidad. Valorar la resiliencia al fracaso. Como aportación adicional, incluye un enlace a una charla de Eduardo Briceño, de 10 minutos y muy interesante, y que os dejo en este enlace. Para entender esta frase tenéis que ver el vídeo, pero se trata de trabajar más en la zona de aprendizaje y menos en la zona de ejecución.
- Algunos principios de la enseñanza: es muy importante el conocimiento de la materia que tenga el profesor (historia, lengua, biología), y también su conocimiento de cómo los alumnos interactúan entre sí. La mezcla de estos dos conocimientos es la clave.
- Conocer el funcionamiento de la memoria: lo hablaremos más ampliamente cuando comentemos el libro "Make it Stick". A modo de introducción, consiste en diferenciar la memoria a corto plazo, la memoria operativa y la memoria a largo plazo. La memoria operativa se fomenta con actividades habituales que tratan de recuperar de la memoria a corto plazo pequeños fragmentos de conocimiento. En vez de recuperar una gran cantidad de conocimiento muy de vez en cuando (el examen), ir proponiendo actividades variadas y frecuentes que obliguen a recuperar conocimientos de la memoria a corto plazo, y esta forma trasladarlos a la memoria operativa y a la memoria a largo plazo, donde permanecerán con consistencia. Este aspecto de la memoria será motivo de futuras entradas en el blog.
Para acabar, algunos consejos prácticos
El autor concluye con una serie de consejos que se basan en las evidencias mostradas anteriormente.
- Explicitar previamente los objetivos para que los alumnos sepan a dónde se dirigen y puedan saber si llegan.
- Preguntar frecuentemente para comprobar la atención y el entendimiento de los alumnos. Además, preguntar a todos, no a los que levantan la mano.
- Estas preguntas pretenden obtener éxitos pequeños para los alumnos, y así lograr un equilibrio entre los retos continuos y la construcción de su autoestima