Ir al contenido principal
La mejor forma de apoyar al blog es difundirlo. Si además quieres colaborar para que siga libre de anuncios, invítame a un café pinchando en el botón azul
Get it on Apple Books

Classroom behaviour (CB): comportamientos primarios y secundarios

Una idea poderosa 

Entre los motivos más frecuentes de estrés en la vida de los profesores nos encontramos con los comportamientos verbales de los alumnos, pero mucho más con los comportamientos no verbales: resoplidos, remolonear o hacer algo a cámara lenta, miradas al vacío o al techo, masticar chicle como una llama andina con caries... El autor describe este tipo de comportamientos como “secundarios”: aparecen cuando a un alumno le hablamos de algún comportamiento primario. Por ejemplo, una profesora se acerca a una alumna que no ha recogido su mesa y le recuerda que debe hacerlo antes de que suene el timbre. La alumna le contesta: “De acuerdo, de acuerdo...” pero suspira, se balancea en su silla y mira al techo, como si estuviera diciendo: “Ya estamos otra vez, qué pesada, bla, bla, bla”.

Este tipo de comportamientos secundarios, como hemos dicho, son a menudo mucho más molestos para los profesores que los comportamientos primarios que los disparan. Y sin embargo es fundamental diferenciarlos, porque el comportamiento primario es el que queremos modificar, y el secundario es muchas veces una llamada de atención, un anzuelo en el que no debemos picar. Es importante que apliquemos nuestras fuerzas a rectificar los primarios, que son los que repercuten en el aprendizaje del alumno. 

Un lenguaje social

Los comportamientos secundarios también son un lenguaje de los alumnos no hacia nosotros, sus profesores, sino hacia sus compañeros. Por eso es importante que le dediquemos una planificación pensada y cuidadosa, no dejándonos llevar por la emoción del momento. Bill Rogers defiende que si la clase percibe que no caemos en las provocaciones, y respondemos con firmeza pero con calma, el comportamiento secundario conseguirá lo contrario de lo que se proponía. Un ejemplo:

La profesora observa que Jaydon está mascando chicle. Se acerca y establece contacto mirándole a los ojos:
- Buenos días.
- ¿Qué? (baja la mirada) Ah, buenos días...otra vez.
La profe pregunta acerca de cómo va contra tarea, y tiene una pequeña charla centrada en el progreso del alumno en la materia. Luego añade:
- La papelera está ahí 
- ¿Qué? 
- ¿Sabor tropical?
- Eh, ya...
- La papelera está ahí. Esta discreta indicación que parece accidental en parte describe la realidad (hay una papelera) e invita al alumno a conectar con su auto-consciencia de lo que está haciendo. Es como decir: “Tú sabes que yo sé que tú sabes lo que deberías hacer”.
Puede ser que entonces el alumno empiece su comportamiento secundario:
- Otros profesores no nos molestan con eso, venga...
- Quizás otros profesores no (acuerdo parcial), pero las normas de nuestra escuela son claras y la papelera está ahí. 
La profesora se retira para dejar un tiempo de procesamiento al alumno. Naturalmente, éste resopla, masculla: Ya, la papelera, sí, está ahí, claro que está ahí, la papelera...
Pero la profe ignora tácticamente este comportamiento, le observa con el rabillo del ojo y cuando el alumno lleva un rato en su sitio vuelve a pasar por ahí para de nuevo centrarse en la tarea que está (o debería estar) realizando el alumno.

Tres apuntes finales

1. En alumnos muy pequeños, los niños y niñas muchas veces no son conscientes de sus comportamientos secundarios. A veces ayudará hablar con ellos individualmente al finalizar la clase para explicarles brevemente, incluso imitando ese comportamiento, y así hacerles entender que puede ser molesto.
2. Algunas veces los comportamientos secundarios son parte del hábito del alumno, que lo hace inconscientemente o porque simplemente ha tenido un mal día. Es importante que restemos importancia especialmente en estos casos para ayudar al alumno a centrarse.

El autor explica que una de las lecciones más difíciles que tuvo que aprender como profesor novato es que no podía simplemente controlar el comportamiento de otros. Los profesores no podemos decidir lo que responderá el alumno, pero sí podemos decidir cuál será nuestra respuesta. Podemos controlarnos a nosotros mismos. El grado en que controlemos conscientemente nuestro papel en el aula  es el grado en el que puedo generar un clima de cooperación, de respeto o, inversamente, hacer más difíciles las cosas para todos. 

En entradas posteriores iremos desgranando cada uno de estos aspectos, con estrategias concretas que nos ayudarán a ello. Pero será en las próximas entradas. Os esperamos.

<< Entrada anterior                                                                                       Entrada siguiente >>



Entradas populares de este blog

Llegando a lo importante: ¿Qué es la Evaluación Formativa?

Orígenes Ya puedes leer esta entrada en la nueva versión del blog. Accede pinchando aquí. Michael Scriven acuñó el término evaluación formativa en 1967 para describir el papel que la evaluación podría jugar en la mejora del currículum. Dos años después, Bloom aplicó el mismo concepto a la hora de calificar: "Es mucho más efectivo el uso de la evaluación formativa si es separada del proceso de calificación y usada primordialmente como ayuda a la enseñanza-aprendizaje". Aunque los educadores usaron este concepto muy infrecuentemente en los veinte años siguientes, poco a poco se publicaron revisiones que insistían en la importancia de usar la evaluación como herramienta para el aprendizaje. Una de estas revisiones se realizó en el marco del proyecto Cognitively guided instruction (CGI, enseñanza guíada cognitivamente). Hubo varias revisiones posteriores, en las que además (añadimos un dato importante) de analizar el uso de la evaluación en el aprendizaje se establecí

Artículo: ¿Por qué no funciona el aprendizaje constructivista?

¿Por qué no funciona el aprendizaje con un mínimo de guía? Un análisis de los fallos de la enseñanza constructivista, por descubrimiento, basada en problemas.  Kirschner, Sweller and Clark, 2006 Tenéis el artículo original pinchando en este enlace. Depués de comentar cuatro libros, hemos pensado en incorporar también el comentario de algunos artículos importantes en el mundo anglosajón, y así abrir también a ese tipo de literatura nuestro pensamiento crítico. Como siempre, la invitación es reflexionar sobre sus datos y conclusiones de cara a ser mejores.   Os proponemos para cerrar este primer año de existencia del blog un artículo que, aunque quizás no nos suene mucho, sacudió por completo la educación anglosajona y supuso un antes y un después para la investigación educativa en Reino Unido.  El primer autor es Paul Kirschner, del Centro de Investigación para el Aprendizaje en la Universidad de Utrecht, Países Bajos; un reconocido estudioso de los procesos de enseñanz

Retrieval Practice: la evocación en la práctica

Ya puedes leer esta entrada en la nueva versión actualizada del blog. Puedes acceder pinchando aquí.  La evocación en la práctica: estrategias concretas Comprender las evidencias mostradas en las dos primeras entradas sobre la "Retrieval Practice" es importante pero es solo la mitad del camino: hay que implementarla mediante estrategias concretas que se realizan habitualmente en el aula. Comenzamos: Un cartel para recuperar El objetivo de este material es promover las discusiones verbales entre compañeros sobre el contenido que se haya trabajado previamente, así que recuperarlo de la memoria haciendo esto. Aquí tenéis una adaptación mía a algunas de las propuestas del libro. Como veis, se trata de proponer una serie de preguntas sobre lo que ya saben de un tema. No al principio de curso, sino al principio de cada clase. Blake Harvard nos ofrece algunas de las ventajas de esta sencilla técnica: Son generales y un mismo cartel puede aplicarse a varias asignaturas. Se fomenta la