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Evaluación Formativa IV: Activando a los estudiantes como ayuda entre ellos

Recordando a nuestro primer libro...

Como siempre volvemos a las ideas de Graham Nuthall y sus tres mundos, que comentamos en esta entrada. En ella explicamos que Nuthall describió tres mundos en el aprendizaje: el interno, el social en la clase entera y el que ocurre en la interacción entre alumnos. El cuarto principio de la evaluación formativa está dedicado a este mundo, en el que los alumnos cooperan para aprender. En él, se explora el rol que los propios alumnos pueden tener en mejorar el aprendizaje de sus compañeros y se discute cómo los docentes podemos activar este proceso. 

Dylan Wiliam empieza el capítulo discutiendo la difusa frontera que hay entre el aprendizaje cooperativo y el aprendizaje colaborativo, y cómo ambos términos abarcan hoy en día multitud de prácticas que no se apoyan en evidencias y con una eficacia, por tanto, escasa. El autor empleará entonces aprendizaje cooperativo refiriéndose a si los alumnos mejoran el aprendizaje de sus compañeros, no cuando evalúan este aprendizaje.

Algunas evidencias

Slavin en 1995 publicó una revisión de 99 estudios (si no os fiáis lo tenéis en pdf aquí) en el que demuestra que cuando las recompensas al grupo dependen del aprendizaje de cada miembro considerado individualmente, el impacto era cuatro veces mayor que cuando la recompensa al grupo dependía de una única valoración al grupo entero. Es decir, que la valoración individual sigue siendo un factor muy importante para el aprendizaje dentro del grupo.

Webb en 1991 revisó 17 estudios (de nuevo en pdf aquí) para concluir que cuando los alumnos se ayudan en forma de explicación directa sobre la solución no hay beneficio ninguno al que da la información y poco o ningún beneficio en el que la recibe. Por el contrario, cuando la ayuda es en forma de explicaciones elaboradas, explicando por qué es correcto y dando pistas y no respuestas, entonces el aprendizaje mejora hasta en un 50%.

Y Dylan Wiliam concluye con su propia experiencia. El principal beneficio de activar a los alumnos como ayudantes entre sí es que existen muchas menos barreras a la hora de manifestar sus dudas o simplemente de expresar que no han entendido nada. El autor cita varios casos donde los estudiantes expresan más seguridad cuando se le pregunta a un compañero, porque si preguntan varias veces al profesor pueden encontrarse con una mala respuesta o, peor aún, con la idea de que el resto de la clase piensa mal del que pregunta.

Por tanto, la ayuda entre iguales puede, en las circunstancias adecuadas, generar un aprendizaje más efectivo. Pero esto requiere, como hemos visto, de dos elementos: deben existir metas y objetivos grupales en los que cada componente del grupo pueda aportar; y debe existir una "contabilidad" individual para que cada uno sea valorado en función de lo que ha aportado.

Como hemos dicho antes, esto no es frecuente. Una encuesta a 85 profesores de escuela primaria en Estados Unidos mostró que aunque el 93% afirmaran emplear el aprendizaje cooperativo, las entrevistas posteriores demostraron que de los 21 profesores entrevistados sólo 5 requerían a sus estudiantes metas grupales y "contabilidad" individual.

Algunas técnicas

A continuación el autor nos ofrece algunas técnicas que los profesores con los que ha trabajado han encontrado más útiles. Algunas de estas técnicas incluyen que los alumnos se evalúen unos a otros, y aquí Dylan Wiliam puntualiza: no se debe pedir a los estudiantes que evaluén a sus compañeros si esas notas son para evaluar sumativamente (es decir, para una calificación oficial). Los alumnos deben evaluarse entre ellos simplemente, puramente, para ayudar a que el individuo evaluado mejore su aprendizaje. Es decir debemos trasladar a los alumnos que la evaluación sirve para mejorar el aprendizaje, lo que constituye la esencia de la evaluación formativa.

C3B4ME

En esta técnica, que se podría traducir como "Consulta a tres antes que a mí", cada estudiante debe buscar ayuda de al menos otros tres. El autor propone complementar esta técnica con un cartel que diga EN ESTA CLASE HAY MÁS DE UN PROFESOR y con la técnica de "no levantar la mano para preguntar". De esta forma, preguntamos a un alumno al azar que antes ha podido consultar la pregunta con otros tres.

Dos estrellas y un deseo

Es una técnica sencilla para empezar. Cuando le pedimos a un estudiante feedback sobre el trabajo de otro, tiene que indicar primero dos cosas que le hayan gustado (dos estrellas) y luego una cosa a mejorar (un deseo).

Preguntas al final del tema

Cuando acabamos una explicación, solemos preguntar: ¿Alguna pregunta? lo que tiene el efecto ya comentado en entradas anteriores de que sólo preguntan los que más se enteran. Para abordar esto, podemos decir: En cada grupo, decidid si tenéis alguna pregunta. La oportunidad de poder compartir las preguntas con el grupo hace que la carga de "Yo no me he enterado" se convierta en "En nuestro grupo queremos que vuelvas a explicar..."

Clasificación de errores

Cuando repartamos una actividad corregida por nosotros, podemos pedir que en los grupos se clasifiquen los errores cometidos. Por ejemplo, en matemáticas: errores de signo, errores de cálculo, errores de planteamiento. Es una forma de trabajar con la actividad, compartir los fallos y mejorar el aprendizaje.

Yo-Tú-Nosotros

Al final de una actividad grupal, cada alumno escribe algo sobre su contribución a la actividad, algo sobre la contribución de otro compañero, y una evaluación de todo el grupo. De esta forma se enfatizan los niveles de aprendizaje: cómo lo he hecho yo, cómo lo has hecho tú, y cómo lo ha hecho el grupo.

Si lo has aprendido, encuentra a alguien que no

Una objeción común al aprendizaje cooperativo es que ralentiza a los alumnos más rápidos. Sin embargo, como se ha explicado al inicio, si los estudiantes se implican en una explicación destinada a mejorar la comprensión del otro (no a darle la respuesta correcta) entonces hay evidencias de que ambos refuerzan su aprendizaje. Esta técnica funciona así, si has terminado busca a alguien que tenga dificultades y ayúdale a terminar.

Concluimos esta entrada y nos aproximamos al final de este libro tan interesante. Nuestra próxima entrada hablará del quinto y último principio, y después haremos una con las ideas y conclusiones más importantes. Los Reyes Magos se han portado bien y nos traen más libros que leer...

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