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TWR: herramientas sencillas para escribir con mayor complejidad

Conjunciones, frases apositivas y complejidad

En la entrada anterior ya hablamos de la importancia de las subordinadas conjuntivas. Practicar actividades de este tipo tiene muchas ventajas:
  • Desarrolla la habilidad para escribir respuestas extendidas
  • Comprueba la comprensión de los estudiantes
  • Desarrolla el pensamiento analítico
  • Mejora la comprensión lectora
  • Evalúa la habilidad para usar nuevo vocabulario correctamente
  • Desarrolla la habilidad de elaborar oraciones complejas que se utilizan más en el lenguaje escrito que en el hablado.
  • Promueve la comprensión lectora familiarizando a los alumnos con estructuras sintácticas más complejas.
Las conjunciones son palabras como: “y, porque, pero”. Usando estas conjunciones conectamos frases e ideas, ayudando a escribir oraciones claras y lingüísticamente ricas. Cuando afrontamos la complejidad en la literatura o en un texto expositivo, a veces hay dificultades para extraer el significado profundo del texto. Las actividades que os vamos a proponer en esta entrada permitirán a los alumnos crear oraciones más complejas por ellos mismos, lo que a su vez mejorará su habilidad para comprenderlas cuando se las encuentren en sus lecturas.

Herramientas

Porque, pero, así que

Una de las actividades más potentes que os vamos a presentar es esta. Es un buenísimo ejemplo de cómo una actividad que parece simple requiere que los alumnos piensen analíticamente. Es también una buena actividad que realizar recurrentemente en nuestras clases.

En este caso se aporta a los alumnos una frase raíz (el principio de una oración) y se les pide que completen de tres maneras usando cada una de estas conjunciones. La idea es pasar de una actividad en la que se pregunta: ¿Por qué las semillas necesitan luz para crecer? A una actividad de este tipo:

Completa las frases:
Las semillas necesitan luz para crecer porque...
Las semillas necesitan luz para crecer, pero...
Las semillas necesitan luz para crecer, así que...

La primera vez conviene explicar de esta manera: "porque" explica por qué es cierto, "pero" indica un cambio de dirección, y "así que" nos cuenta lo que ocurre como consecuencia de algo.

La utilidad de esta actividad radica en su imbricación con el contenido. De esta manera no solo guiamos a los alumnos para construir frases complejas, sino que les empujamos a pensar críticamente y profundamente sobre el contenido que están aprendiendo. Bastante mejor que cuando les pedimos simplemente escribir una respuesta a una pregunta abierta. Además de eso, es una buena forma de enseñar vocabulario. Un ejemplo con la palabra "mediocre":

El crítico culinario pensó que la comida era mediocre, porque...
El crítico culinario pensó que la comida era mediocre, pero...
El crítico culinario pensó que la comida era mediocre, así que...

Es bueno practicar esta actividad oralmente antes de intentarlo por escrito. Incluso, para empezar, con ejemplos del día a día. También es importante considerar que hace falta aportar un conocimiento amplio y previo para poder desarrollar esta actividad sobre nuestra materia.

Conjunciones subordinadas

Las más frecuentes son: antes, después, si, cuando, incluso, aunque, desde, mientras, a menos que... 

Cuando los alumnos aprenden a usar este tipo se sintaxis en sus propias redacciones, se convierten en más hábiles para comprender textos complejos, y su lenguaje oral se vuelve más sofisticado. Una vez que aprenden a utilizar estas conjunciones, son capaces también de escribir con riqueza y complejidad. La forma adecuada de plantear esta actividad sería la siguiente:

En lugar de preguntar: ¿Por qué fue importante la Revolución Industrial? 

Completa las frases:
Aunque la Revolución Industrial fue importante...
Antes de la Revolución Industrial...

Las comas apositivas

Comienzo aquí una de las ideas más útiles del libro. Las comas apositivas son muy prácticas en la elaboración de oraciones complejas y explicaciones profundas sobre determinados temas, y como hemos comentado en las demás estrategias de este libro mejoran mucho la comprensión lectora. Una coma apositiva antecede a una frase colocada detrás de un nombre que le explica en detalle. Por ejemplo:

La ciudad de New York, la más grande de Estados Unidos, está localizada en la costa este.

Yo llevo usando comas apositivas toda mi vida sin saber que se llamaban así. Me parece una técnica sencillísima y que puede ayudar mucho a nuestros alumnos a mejorar su escritura y añadir contenido a sus redacciones escritas y exposiciones orales. ¿Cómo se la podemos enseñar explícitamente?

Por ejemplo, les proponemos escribir una frase que incluya una coma apositiva sobre el tema que estamos trabajando. Para cada frase, además, su autor señala qué detalle ha incluido mediante esta técnica. Por ejemplo:

La selección natural, un proceso evolutivo que describió Charles Darwin, conlleva la aparición de especies con caracteres adaptativos.

La ensergía eólica, una fuente de energía renovable, puede producir electricidad con el viento.

Combinando frases

El tercer paso de este proceso, que las autoras nos invitan a realizar a menudo, es introducir la combinación de frases. Se trata de darles una lista de frases cortas, relacionadas, y que ellos mismos tengan que construir la oración compleja. Por ejemplo:

Natalia coge el metro todos los días
A Natalia no le gusta el metro
Natalia necesitaba ir a trabajar

Posible resultado: Aunque a Natalia no le gusta el metro, le coge todos los días para ir a trabajar.

Es importante volver a insistir en que lo ideal es incluir el contenido que se está trabajando en estas actividades. Un ejemplo con la química:

La tabla periódica es una imagen con elementos químicos.
La imagen dispone los elementos en filas y columnas.
La disposición horizontal de izquierda a derecha corresponde a un número atómico creciente.
La disposición vertical depende de la similitud estructural de sus átomos.

Posible resultado: La tabla periódica, una imagen de los elementos químicos, dispone a los elementos horizontalmente según su número atómico y verticalmente según la similitud estructural de sus átomos.

Conclusión: el feedback

No podemos suponer que la habilidad de construir una frase compleja y detallada es algo espontáneo que surge con la mera exposición a los textos. Necesitamos enseñarlo explícitamente. Muchas veces el feedback que damos corresponde a las faltas ortográficas o a los datos que faltan, pero hay un feedback estructural que puede modificar la forma de escribir de nuestros estudiantes. 

El motivo de dedicar estas entradas a este libro es ese: las estrategias que os presentamos son la mejor forma de dar feedback específico que mejore la redacción escrita y la comprensión lectora. Si entendéis estas ideas desde esta clave, espero que compartáis conmigo el tremendo potencial que supone.

Por eso es fundamental dar cuantas más oportunidades mejor a la prácticas que hemos descrito. Si lo hacemos diariamente, les estaremos aportando las herramientas que necesitas para crear párrafos y composiciones efectivas, mientras que aumentamos mucho su comprensión de lo que estamos aprendiendo. Os esperamos en la siguiente entrada.

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