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Currículum. Los cimientos: el uso del lenguaje (también matemático)

Los ejes transversales del currículum: Hablar y escribir (también números)

Comenzamos una de las partes más interesantes del libro, en mi opinión. En ella comentaremos lo que la autora piensa sobre aquellas cuestiones fundamentales que tenemos que trabajar desde todas las áreas porque son las herramientas que cimentan el conocimiento: la expresión oral, la expresión escrita y las matemáticas. 

Todos los docentes son profesores de Lengua porque cada uno utiliza el lenguaje en sus clases. No podemos dar una clase de ninguna materia sin ayudar o impedir el uso correcto del lenguaje. La alfabetización, de aquí en adelante, incluye: hablar, escuchar, leer y escribir. 

Hablar

Mary Myatt defiende que, en conjunto, no le damos la suficiente importancia al primer aspecto de la alfabetización: hablar. ¿Por qué? Porque lo damos por supuesto, ya que la utilizamos en cualquier interacción humana. Pero necesitamos prestarle más atención ya que afecta a todo lo demás: a todo el aprendizaje, incluyendo leer y escribir. 

El Informe Bullock de 1975 identificaba la expresión oral como un aspecto fundamental del desarrollo cognitivo: En general un área curricular es, filosóficamente hablando, un modo particular de analizar la realidad. Mientras muchos docentes reconocen que su objetivo es iniciar al alumno en ese particular modo de análisis, rara vez reconocen las implicaciones lingüísticas de hacerlo. No reconocen que los procesos mentales que tratan de promover son la consecuencia de un desarrollo que se inicia con el lenguaje. La conclusión es que pensamos que los alumnos aprenderán esas formas específicas de hablar por simple absorción, sin enseñarlo explícitamente.

La paradoja entonces radica es que sí esperamos ese uso del lenguaje cuando los alumnos escriben. Pero no puede haber capacidad de redacción sin capacidad de conversación. Nos referimos a debates sobre conceptos e ideas de alta calidad, con vocabulario específico de cada materia y con guía del docente. Esta forma de verlo implica tiempo y por tanto parece que ralentiza el currículum. Pero no es así, porque a través de estos debates y charlas los alumnos ganan en comprensión y el impacto en el aprendizaje ocurrirá a largo plazo. 

Así que si hablar es fundamental para formular ideas, especular, resolver errores y confusiones; entonces necesitamos proveer de muchos oportunidades para incorporar este aspecto al currículum. El problema de hablar y escuchar es que no son fácilmente medibles en una hoja de cálculo. Pero no ganarán esta capacidad si no se la enseñamos explícitamente. Y aquí vuelve a ser clave la idea de reducir las desigualdades. Porque exponer a nuestros estudiantes a historias, cuentos y poemas significa que esos alumnos que no escuchan ese vocabulario en casa sí que lo hacen en la escuela. Podemos hacer muy poco para cambiar lo que ocurre en su casa y en la sociedad en general, pero sí para cambiar lo que ocurre en nuestras aulas y escuelas.

Desde una edad temprana los alumnos y alumnas deben ser animados a utilizar frases completas y utilizar vocabulario específico y técnico. Demasiado a menudo completamos sus frases para poder pasar a lo siguiente. Cuando esto ocurre, impedimos una parte de su aprendizaje. Tienen el derecho de poder hablar de lo que saben, comprenden y hacen. Contabilizamos con afán lo que escriben, deberíamos hacer algo parecido con lo que dicen. La conversación precede a la escritura. Cuando les damos la oportunidad de establecer conexiones y jugar con las palabras y su significado, están construyendo un lenguaje rico que apoyará su memoria a largo plazo, además de favorecer su fascinación por las palabras y las ideas y convertirse en hablantes con confianza y fluidez.

Escuchar

Hay dos aspectos diferentes a considerar: uno es escuchar y el otro es ser escuchado. Una de nuestras necesidades más profunda es sentirnos escuchados. Cuando prestamos atención a lo que alguien dice, le hacemos un gran cumplido. Le honramos a él y a sus ideas. Los alumnos necesitamos aprenden la importancia de esto. En un nivel intelectual, además, cuando escucho a alguien estoy aprendiendo de él.

La autora defiende una estrategia de la que hablamos por primera vez con Tom Sherrington: el "no manos arriba". Cuando no utilizamos la mano levantada, significa que todos los de la clase pueden verse en la situación de contestar. Lo que también implica que todos tienen que escuchar lo que otros están diciendo para apoyar o aportar otras respuesta. NO preguntamos al alumno que no puede lidiar con la pregunta en ese momento, sea cual sea la razón.

Pero si se espera que los alumnos hablen bien, entonces los adultos tendrán que desarrollar su capacidad de escuchar cuidadosamente lo que dicen. La escucha empática es otra de esas habilidades que este libro defiende como esenciales del currículum. No podemos expandir, corroborar o desafiar las respuestas de los estudiantes si no prestamos atención a lo que están diciendo.

Una barrera para hablar y escuchar es la creencia de que hay alumnos tímidos o con dificultades que no pueden hacer una contribución hablada en clase. Bueno, es cuestión de buscar preguntas, situaciones y un clima de clase que vaya facilitando esto mismo. La función de conversar en clase no es solo cognitiva, también es social y cultural. Os dejamos una lectura sobre el "Dialogic Teaching" de Robin Alexander que es muy sugerente.

En conclusión de estos dos puntos: si queremos crear las condiciones para que nuestros alumnos y alumnas tengan confianza y motivación para pensar y escribir con profundidad, entonces debemos prestar más atención a crear momentos de hablar y escuchar, y a la calidad de la conversación en clase.

Leer

Publicamos esta entrada en el momento en que Alex Quigley ha publicado un libro que acabará en el blog: "The Reading Gap". Porque la lectura es una puerta a lugares y gentes desconocidas,  a experiencias alternativas. Es un tema recurrente y por eso vamos a intentar aportar desde lo que nos propone Mary Myatt.

Empezamos citando a dos grandes científicos de la enseñanza. Doug Lemov, en su libro "Una reconsideración sobre la lectura" nos dice: Creo en el poder de los libros para crear una relación sostenible en el tiempo con nuestros alumnos para que entiendan sus perspectivas y modos de narrar, y cómo se entremezclan. Daniel Willingham es otro defensor de que las habilidades lectoras son como el conocimiento previo: Enseñar el currículum es enseñar a leerlo.

Ahora mismo creo que en muchos centros se da importancia a la lectura, aunque habría que cuestionar la calidad del tiempo dedicado a leer y, sobre todo, si luego hay momento de compartir sus opiniones y vivencias acerca de lo que leen.

Porque al final de lo que se trata es llegar a lo que la autora denomina la "lectura por placer". Muchos estudios demuestran una alta correlación entre el disfrute leyendo y el éxito académico. De hecho, la OCDE publicó un estudio que argumenta que la diferencia entre un niño que lee 30 minutos al día por placer y otro que nunca lo hace es de un curso académico.

Esta lectura por placer no son solo novelas. ¿Tienen la oportunidad de leer buenos libros sobre historia, geografía, arte o biología? ¿O nos limitamos a ofrecer pequeños textos sacados de internet? Existen sitios como Books For Topics que ofrecen recomendaciones (en inglés) en este sentido. Si queremos mejorar la lectura, estos libros no deberían ser "ojalá los leyeran" sino fundamentales en ganar vocabulario e ideas relacionadas con una materia.

La investigación de Teresa Cremin sobre esta lectura por placer identifica algunos elementos que los docentes podemos utilizar para planificar y desarrollar en paralelo a la mejora de la habilidad lectora en sí. Podéis leer más aquí. Propone dejar que los alumnos tengan más control sobre lo que leen y así ejerciten sus derechos como lectores. Además sugiere dejar tiempo y espacio para que exploren textos en profundidad, compartan sus favoritos y hablen espontáneamente de lo que han leído. Finalmente defiende que los docentes deberíamos hablar más sobre nuestras propias lecturas y que organizativamente se debería dejar un tiempo específico para la lectura de los docentes como formación.

Como conclusión a este aspecto, afirmamos que necesitamos ayudar a los estudiantes a crear una relación emocional con los libros. Hablar juntos sobre los libros es importante, ¿cómo si no descubrirán que leer es también una actividad social? Dejemos media hora al final del día para leer, sobre todo en primaria. Hagamos que esa media hora sea la que todos esperan con anhelo, la que no quieren que se acaba. Dejemos que se vayan a casa soñando con la historia, pensando en qué sucederá después.

Escribir

Escribir viene de leer, y la lectura es la mejor maestra de la escritura. Annie Proulx

Escribir es difícil. Y es difícil porque cuando escribimos estamos traspasando nuestras ideas y pensamientos a algo más formal. Por eso el acto de escribir nos fuerza a ordenar de alguna manera. Podemos corregir y rehacer lo que hemos escrito, lo que convierte la escritura es un ejercicio de dar sentido a lo que pensamos. 

Cuando los niños aprenden a escribir, primero tienen que aprender las reglas de puntuación, gramática, psicomotrices y demás. Pero escribir un texto es cualitativamente diferente a esto, y por eso necesita de mucha práctica. La buena escritura no se puede conseguir sin un buen pensamiento. Por eso el conocimiento del que escribe se transforma como resultado (que me lo digan a mí mientras escribo estas líneas). El problema de la gramática, ortografía y caligrafía es que son los servidores de una buena escritura, no sus maestros. Son herramientas, no fines. Esto quiere decir que se puede escribir sin ninguna falta ortográfica un texto absolutamente desastroso. Y creo que a veces se nos olvida. 

Por eso necesitamos preguntarnos ¿qué oportunidad tienen nuestros alumnos para escribir con un propósito? Por ejemplo, pueden escribir un resumen de una visita a un museo para sus padres, o para publicar un blog. Todo eso supone un desafío en el que no vale escribir correctamente, hay que expresar una vivencia. Otra posibilidad es el famoso "brainstorming" o lluvia de ideas, pero con frases completas. Las ideas se expresan siempre en frases completas, y luego se van conectando. Existen multitud de recursos más en una web que recomendamos como una de las que más consultamos: The Writing Revolution.

Hablar y escribir números

Imaginemos un docente que llega a clase y afirma: "No me gusta leer. De hecho, siempre se me ha dado mal". ¿Qué pensáis? Ahora levantad una ceja los que hayáis escuchado lo mismo sobre las matemáticas. Es evidente que no es lo mismo que leer y escribir, porque son herramientas esenciales de todas las áreas. Pero reivindicamos con la autora que existen muchas posibilidades de trabajar las matemáticas en otras materias, y desde luego no convertirlas en objeto de escarnio. En general os invito personalmente a desconfiar de quien proclama de esa manera su desprecio por una rama del conocimiento, sea la que sea.

Por eso mismo necesitamos crear una cultura que celebre los números. Me explico: contemos buenas historias sobre la invención del cero, o la importancia de la estadística en la conservación de la naturaleza, o en las matemáticas que son la base de los juegos de ordenador. Contemos las historias de mujeres matemáticas como Ada Lovelace, Dorothy Vaughan o Joan Birman. La palabra matemáticas viene del Griego y significa "ser amigo del aprendizaje". Estudia relaciones entre números y formas. Deseamos que todos y todas vean el potencial de las matemáticas en muchas áreas del currículum, que les intriguen cómo moldean nuestro mundo y nuestra comprensión del mismo.

Conclusión

Acabo una de las entradas más extensas del blog. Es que es un libro bueno, muy bueno. Me dejo muchas más ideas provocadoras y sugerentes, pero finalizo la entrada con una: el currículum oculto.

Hay dos caras del currículum: la primera es la que todos vemos formalmente en las clases de un centro educativo. Pero la otra cara es la manera en la que el currículum es percibida y experimentada por todos los involucrados en él. La manera en la que se desarrolla en el día a día y se va acoplando en el interior de adultos, jóvenes y niños. Y la clave aquí es la congruencia entre los mensajes y las intenciones. Si la intención es hablar y escuchar, ¿qué mensaje de escucha damos?

Algo pasa cuando las personas sienten que tienen voz: se involucran más, se interesan más. Por eso si tenemos el currículum más planificado y con mejores recursos del mundo, pero su puesta en marcha en el aula es áspero, centrado solamente en los resultados de las pruebas o el marketing, entonces no es sostenible. Esto no es un argumento a ser sensiblero, sino que necesitamos rigor, robustez y amabilidad. La administración educativa debe entender que si queremos recibir confianza, entonces tenemos que confiar en la gente primero. Funciona de arriba a abajo, y no al revés. Por eso simplemente preguntado: ¿Y tú, qué piensas de eso? Es una manera de decir: importas, tus ideas y tu aproximación a esto, es importante.

Nos queda una última entrada y habremos acabado este pedazo de libro. Os esperamos.

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