El poder del ejemplo
Cuando trabajamos el libro de Harry Fletcher-Wood (que puedes leer aquí) ya hablamos de la importancia de modelar. La idea de fondo es la siguiente: debemos mostrar a nuestros estudiantes ejemplos que les permitan aprender contrastándose con ellos. A veces pareciera que poniendo 128 charlas TED a las chicas y chicos ya conseguimos que sepan hablar en público y no es así. Hay que poner una charla TED como ejemplo, pero también modelar las estrategias, habilidades y procedimientos que llevan a comunicar de manera excelente en público. De igual manera, pedir 10 redacciones escritas y devolverlas con una nota, así sin más, no enseña cómo escribir. Debemos planificar y explicar implícitamente cómo escribir, y los ejemplos son la mejor explicación de a qué nos referimos.
Por todo ello el comienzo del capítulo nos recuerda que nosotros, como docentes, tenemos la responsabilidad de enseñar a nuestros alumnos cómo usar y manipular su conocimiento para formar los productos finales que les pedimos. Por eso el modelado es algo tan importante en la enseñanza (puedes leer esta otra entrada al respecto). Una advertencia previa que debemos señalar es que debe ser planificado con detenimiento, para que no se convierta en una simple copia que previene todo el pensamiento independiente que trata de promover.
El modelado, ayudado a menudo por el buen cuestionamiento y el feedback, manda a los alumnos a una senda de independencia, como vemos reflejado en el siguiente cuadro (adaptado del autor).
La investigación en este caso es concluyente: el estudio de ejemplos resueltos y modelos antes de afrontar problemas nuevos mejora los resultados del aprendizaje (Hattie, 2009). Además, el famoso y prontamente comentado estudio de Rosenshine también afirma que este modelado funciona mejor cuando sucede en pequeños pasos, seguidos de práctica continuada, seguida de más modelado y práctica. Esta sucesión de modelado y práctica es especialmente eficaz cuando los alumnos se enfrentan a tareas complejas.
El modelado, ayudado a menudo por el buen cuestionamiento y el feedback, manda a los alumnos a una senda de independencia, como vemos reflejado en el siguiente cuadro (adaptado del autor).
La investigación en este caso es concluyente: el estudio de ejemplos resueltos y modelos antes de afrontar problemas nuevos mejora los resultados del aprendizaje (Hattie, 2009). Además, el famoso y prontamente comentado estudio de Rosenshine también afirma que este modelado funciona mejor cuando sucede en pequeños pasos, seguidos de práctica continuada, seguida de más modelado y práctica. Esta sucesión de modelado y práctica es especialmente eficaz cuando los alumnos se enfrentan a tareas complejas.
Estrategias para realizar el modelado
1. Modelado en vivo y en directo
El producto que los estudiantes entregan más a menudo en cada clase es escrito, y sin embargo esperamos que se puedan expresar bien por escrito con poca guía sobre los detalles del proceso de redacción. Cuanto más prácticas la "redacción en vivo y en directo", mejor lo haces. Empiezas mostrando cómo redactas un texto o respondes a una pregunta, expresando en voz alta lo que vas pensando a medida que redactas, qué añades, corriges o eliminas, y por qué. Admite tus dudas o dificultades en voz alta, lo apreciarán. Después los alumnos pueden formar parte del proceso, en modo co-construcción, donde proponen, eliminan o añaden ellos mismos. Luego están listos para la práctica individual (que es generalmente lo que hacemos sin ningún preámbulo: mandarles escribir). Algunos desarrollos deseables son:
- Escribir uno o dos párrafos delante de la clase que muestren el registro académico y la estructura deseada en tu materia en concreto.
- Dejar claro por qué haces esto y qué es lo que esperas que aprendan con ello. "Vamos a modelar x para que seáis capaces de hacer x por vosotros mismos".
- Modelar de este modo y controlar la clase puede ser difícil (depende de tu clase), por lo que puedes pedirles que vayan copiando lo que vas escribiendo y luego trabajar sobre eso al final.
- Para concluir, extrae conclusiones preguntándoles: ¿Por qué este párrafo es muy bueno? Pueden usar esta pregunta para elaborar una guía de pasos para su práctica individual.
- Por supuesto, también se puede grabar un vídeo en el que vayas desarrollando los párrafos y colgarlos en alguna plataforma donde puedan visualizarlo las veces que necesiten.
- Como profesor también puedes escribir una versión mediocre y utilizarla para modelar en directo cómo mejorarla.
2. Modelado anticipado
Creando un modelo por anticipado estás obligándote a realizar la tarea que tus alumnos realizarán, y por ello la verás con sus ojos. Cuando la hayas realizado, es muy importante que la deconstruyas en pasos con tus alumnos en mente, para que sean capaces de ver la estructura y cómo se ha ido formando. Los puntos anteriores son igualmente válidos para este tipo de modelado, pero en este caso los alumnos interaccionan sobre un producto final y no sobre el proceso.
3. Admirándonos entre nosotros
Una forma perfecta de combinar el desafío y el modelado en mostrar a los alumnos un ejemplo resuelto por nosotros y otro resuelto por un alumno... en el que nos haya sobrepasado el alumno. Mostramos de este modo que pueden superar nuestras expectativas, y cultivamos la admiración hacia los modelos realizados por otros alumnos.
Una estrategia altamente recomendada es dejar que los estudiantes circulen por la sala leyendo los trabajos de otros. No sólo para evaluarlos (formativamente) sino para tomar prestado ideas y pensamientos que podrán usar en sus propios trabajos. Así también podremos introducir que en ciencia es importante citar el trabajo de otro que nos inspiró, o que el modelo excelente se construye con aportaciones de todos.
También puedes fotografiar y proyectar los trabajos de algunos para enseñarlos mientras se elaboran, y discutir sus puntos fuertes y débiles. En este punto es esencial que no sólo deconstruyamos el producto final, sino el proceso metacognitivo, por ejemplo: ¿Qué hiciste cuando te sentiste atascada? ¿De dónde sacaste esta idea? Son estrategias que nos enseñarán cosas sobre el proceso, que es nuestro objetivo.
Acabamos puntualizando que es importante que los modelos mostrados sean alcanzables, al menos en parte, por todos. El modelado puede salir como un tiro por la culata cuando son tan complejos que la mayoría sienten que no podrán alcanzarlo.
4. Cultiva a aprendices de expertos
Aunque debemos ser especialmente cautos al mostrar a expertos altamente cualificados en el aula, no debemos olvidar que podemos usarlos como motivación y aspiración. Por ejemplo: Aquí vemos un vídeo de Cristiano Ronaldo marcando gol en una falta directa. Ahora voy a enseñaros cómo golpear la pelota como él hace.
Una vez más, lo importante es el tiempo que pasamos deconstruyendo el modelo con la clase, mostrando qué elementos son los que convierten a ese tiro de falta, a ese cuadro, a ese libro, en obras maestras. Es evidente que no esperamos convertir una clase de niños y niñas de 14 años en estrellas en el espacio de una hora. Nuestro objetivo es más sutil: en el intento de emular a los expertos, los alumnos pueden llegar más lejos de lo que lo hubieran hecho en primer lugar.
5. Comparte modelos diferentes
Si el uso de modelos es eficaz, mucho más es comparar diferentes modelos entre sí. En muchas materias los problemas pueden tener una estructura diferente, pero comparten la misma problemática de fondo y se pueden afrontar utilizando la misma estrategias. Un ejemplo tomado de geografía:
Modelo 1: El río Ganges fluye desde Uttarakhand en el Himalaya occidental, a través de la llanura del Ganges en el norte de la India y Bangladesh, hasta la bahía de Bengal. Siendo el tercer río más largo del mundo, el Ganges provee agua y recursos a los millones de indios que viven en sus orillas. En los últimos años, sin embargo, los residuos industriales y las ofrendas religiosas no biodegradables han convertido al Ganges en el séptimo río más contaminado del mundo.
Modelo 2: El río Ganges está en la India y está muy contaminado. Fluye de la India a Bangladesh y hay muchas ofrendas religiosas flotando en el río. Hay también muchos residuos contaminantes en él.
Comparar estos modelos nos sirve para hacer buenas preguntas: ¿cómo enmarcan geográficamente el río Ganges cada uno? ¿Cuál habla de los usos del Ganges para relacionarlo con la contaminación? ¿Cuál usa un lenguaje más complejo, formal o técnico?
6. Modela y pregunta, modela y pregunta
El modelado más efectivo va de la mano de preguntar muy a menudo a los estudiantes. Los docentes mostramos un modelo pero lo puntualizamos con muchísimas preguntas que van al detalle más fino sobre la técnica que estamos ejemplarizando. Las preguntas aseguran que todos están escuchando y participando, y que las confusiones más frecuentes son atajadas a tiempo. Las preguntas más importantes son: ¿qué estoy haciendo? (descripción del modelado) y ¿por qué lo estoy haciendo? (explicación del modelado). Es importante recordar una afirmación de David Didau al respecto: si lo puedes decir, lo puedes escribir.
7. Archiva la excelencia
Si los modelos son una herramienta tan poderosa en la enseñanza y el aprendizaje, parte de nuestra tarea será categorizarlos, archivarlos y almacenarlos como perlas de oro para el futuro. Hay tanto trabajo excelente que acaba en la papelera al final del curso... un trabajo que podría inspirar a los alumnos del curso siguiente y explicaría mucho mejor lo que hay que hacer. Debemos prevenir esto, como dice Ron Berger: "uno de mis trabajos como profesor es ser un historiador de la excelencia, un archivador de la excelencia". Además de eso se pueden celebrar eventos para mostrar los mejores trabajos de una materia (no sólo plástica), o reservar 5 minutos de la reunión del departamento para compartirlo con los compañeros y así inspirar nuevas ideas o modos de afrontar las tareas.
Conclusión
El modelado es una herramienta muy poderosa para el aprendizaje de nuestros estudiantes, promueve el desafío y muestra los pasos necesarios para construir textos, dibujos, modelos excelentes. Pero debemos planificar bien su utilización, para evitar la copia y para que no constriña la libertad y la indepmendencia de los alumnos. Por eso debemos considerarlos como una herramienta de feedback. Pero antes del feedback, después del modelado queremos que nuestros alumnos y alumnas practiquen. Y es la práctica la protagonista de nuestra siguiente entrada. Os esperamos.
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